Después de la muerte de Felipe caí en una depresión de la que no conseguí salir y que duró hasta el resto de mis días.
Yo sabía que tenía un leve problema mental. Había oído todos esos rumores sobre mi famosa enfermedad, pero nunca les llegué a dar mucha importancia.He de decir que eran exageraciones en comparación con lo que a mí me pasaba.
Después de la muerte de mi marido, noté que mi padre se mostraba más interesado por mí, seguramente pensaría que mi estado había empeorado. Lo veía siempre mirándome a escondidas, yo creo que buscaba algún comportamiento que diera signos de locura, y así tener la excusa perfecta para enviarme al sitio en que ahora estoy.
Encerrada en esta espacie de cárcel para locos, pienso en los días que me quedan de vida, soñando en que alguien en el futuro lea este texto y piense en todas las injusticias por las que pasé.
Tordesillas es un lugar oscuro, siniestro y sucio. Tiene alguna similaridad con una cárcel, pero yo pienso que es incluso peor. He de decir que estoy en un lugar privilegiado en comparación con el de los otros dementes del edificio principal, todavía más siniestro y sucio que el mío, envuelto por rejas de pinchos y de vigilantes capaces de todo. Algunas noches he podido llegar a escuchar algún que otro grito de locura. Me he propuesto no visitar nunca ese edificio.
En honor a mi difunto marido no me he cambiado de ropa desde el día de su muerte y, antes de venir aquí, iba acompañada siempre de su féretro. Esa es una de las razones por las que me enviaron a este lugar. Según mi padre eso era signo de locura.
Tengo completamente asumido que el resto de mis días los voy a pasar aquí encerrada y tengo la impresión de que el tiempo se consume muy lentamente. No tengo miedo a la muerte. Sé que me está esperando a la vuelta de la esquina aguardando la mas mínima oportunidad para apresarme en sus redes.
DOS AÑOS DESPUÉS:
No sé el tiempo exacto que he estado encerrada en este sitio pero, aproximadamente, calculo que llevaré dos años. Mi cuerpo ha sobrevivido a diversas enfermedades propiciadas seguramente por mi falta de higiene pero, en estos momentos, me da prácticamente todo igual. Ya no se pensar con claridad y apenas sé hablar. Tengo llagas por todo el cuerpo que me hacen gritar todas las noches de dolor. Siento que mi final se acerca muy rápidamente.
Veo que los agentes de seguridad que custodian mi celda me miran con caras de asco y hacen conjeturas sobre mí, esto ha llegado hasta tal punto que, incluso ha venido una especie de capellán a verme. Ha ordenado que me cambien de ropa y aseen, incluso me ha llegado a santiguar.
UNA SEMANA DESPUÉS:
Mi cadáver está siendo llevado en una carreta tirada por caballos a un montículo cerca de mi antiguo castillo, en el que una vez yo reiné. Me han enterrado junto a mi difunto marido para que descanse con el toda la eternidad.
Sobre los Ángeles- Rafael Alberti
Hace 14 años
Me encanta el punto de vista que le has dado a la historia. Quizás el final es menos verosímil: ¿cómo cuenta la historia una muerta?
ResponderEliminarTienes errores en cuanto a los signos de puntuación.
Cuidado con los catalanismos: "similaridad" en castellano es "similitud".